Escuela de batucadaLo que aprendí formando parte de un grupo de samba

Mi instrumento era el chocalho (suena algo así como «socallo»).

Formé parte de el grupo casi 4 años. En mi vida había tocado un instrumento y siempre me habían dicho que no valía para la música; etiquetas.

Llegué allí gracias a mi compañero Edu que era muy friki (y le aprecio mucho). Conocí al director Willy y empecé sin mucha expectativa tengo que decir. Me dio el chocalho y me dijo «este es el tuyo, lo llevas en las venas». Pensé que estaba de broma. Decidí probar. Aprendí, practiqué. Al principio sola, hasta que un día me dijo: estás lista para entrar en el grupo. Buf! Me dio un patatús porque arrastraba muchísima inseguridad. Aquella etiqueta del ritmo, de que yo no valía para la música, me pesaba.

Formé parte del grupo, cada instrumento su lugar, guiados por el líder, que era quien tenía la visión global, quién sabía hacia dónde teníamos que ir y cómo ¡magia!

Los demás confiábamos, le seguíamos.

Disfrutaba. Era mi rato semanal de autocuidado. Me convertí en friki también. Conciertos, ensayos, quedadas.

Sentía pertenencia, importancia. Me tenían en cuenta, me valoraban. Me sentía capaz.

Aprendí:

-El valor del grupo.

-Que nada de lo que te digan es real, solo si tú lo crees.

-Que enseñar tiene que ver con confiar, disfrutar y no con hacer sentir mal, ni presionar

-Que una banda suena gracias a cada instrumento, todos distintos, únicos, necesarios.

-Que es importante el sentimiento de comunidad para conseguir que suene bonito.

-Que las personas unidas con un fin común pueden hacer magia y llenar el mundo de alegría.

-Que si una persona cree en ti, entonces puedes.

-Que el error es aprendizaje y no fracaso

-Que la samba es ritmo, como la vida.

Volveré. Cogeré el chocalho de nuevo y daré la oportunidad a mis peques de que descubran sus talentos sin poner etiquetas.

Mando miles de notas musicales de recuerdos bonitos a mis compañeros/as del @blocodobaliza_oficial

Os echo de menos